Cuadros Pequeños

Sunday, April 23, 2006

ROSTROS poéticos

Cara 6





Es Semana Santa en el Magdalena caribeño y los samarios mincanos dan su vuelta, giran alrededor de sus quehaceres, mientras que las motos esperan por clientes pa movilizar...


“tlemi barras pa’liba
domi pa’llá
mil allá no má y 5 a Santa Malta”

Yo solo les miro, como si hablaran otro idioma, voy al Campano, hecho dedo, busco la casa de los Cartagena, don Lisandro que trabaja en la hacienda cafetera… una camioneta que pasa ventiada me transporta, me dejan tirado por ahí, hago un par de preguntas, subo el recodo entre el monte, encuentro un palo de guayaba y distingo la mama de Diana María.

La casa donde me alojo es de los agregados de una finca cafetera: Lisandro, su mujer Lida y su hijito Duval...

Muchas gallinas, algunas con pollitos, todas entre sus propias algarabías, ya sea pa poner huevos o pa alegar porque no llega el  maíz, son treinta en total... también veo un palomo, solo uno, al macho, su pareja se la almorzó un gavilán pollero... como no tiene amante, revolotea perdido en conquista detrás de las gallinas, que lo triplican en tamaño, pero nadie entiende su mensaje, ni la señora de la casa, creen que busca pelea... y se pelean... hay una yegua con potranca, una gata con un solo crío, los otros dos los mató el gato malo, hizque pa hacerla entrar en calor rapidito, gato arrecho ese, pero no sabe lo que pienso de él... cuando estoy comiendo, allí esta, pidiendo...! uhm... la perra tiene tres cachorritos... proliferación de crías en casa de los Cartagena, algo me recuerda a mi abuelo en su hacienda cafetera de Bélgica cerca a Belén de Umbría.

Camino por entre el verde de la Sierra Nevada, sobre alguna de sus colinas y me fundo en reflexiones con la natura y el homo... pienso que la naturaleza es perenne, dejo de observar la montaña y dirijo la mirada sobre lo que pisan mis pies, me encuentro con no cien sino miles de especies que parecen competir entre quien nace más verde entre sus miles de formas.

Pienso que el hombre en su carrera tras el dinero, ha dejado una marca, y creen algunos de ellos que la natura esta en el ojo del huracán, pero cuando la detallo fijamente, veo que el rumor es solo paranoico, pues observo a mi rededor un renacer inmediato del verde entre donde uno menos piensa... 



 

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